Las perspectivas para 2025 de los líderes empresariales mundiales sobre sus propias empresas han crecido un 6% en los últimos doce meses, con un 62% de los directivos optimistas respecto a este año. Sin embargo, esta cifra desciende al 51% entre los directivos españoles, según se revela en el último informe de prioridades de inversión elaborado por una consultora de renombre. A pesar de un ambiente aparentemente positivo a nivel global, la realidad para las empresas españolas es marcadamente diferente, colocándolas junto a Brasil e Italia como las más pesimistas.
El entorno económico global se define por la cautela, reflejada en la disminución del optimismo. El porcentaje de líderes empresariales que se muestran positivos respecto a la evolución del entorno mundial cae al 37%, lo cual se mantiene notablemente similar al del año anterior. Este contexto de incertidumbre provoca que solo el 45% de las grandes empresas españolas encuestadas prevén aumentar sus inversiones, un porcentaje que se encuentra por debajo del promedio global del 50%.
Inversiones centradas en sostenibilidad y eficiencia
A pesar de los desafíos actuales, las empresas españolas se preparan para potenciar las inversiones en áreas que consideran estratégicas. En este sentido, las principales inversiones se enfocarán en sostenibilidad, con un aumento del 17%, seguido por la cadena de suministro (11%) y la manufactura (10%). No obstante, ámbitos como el talento humano, capacidades tecnológicas, ingeniería, innovación en investigación y desarrollo (I+D) y servicios experimentarán una contracción en sus niveles de inversión.
Además, en un entorno de incertidumbre geopolítica global, más de la mitad de los 2.500 directivos consultados priorizarán la reducción de costos sobre el crecimiento de ingresos para los próximos meses. Este enfoque conservador es igualmente notable entre los directivos españoles, reflejando una estrategia generalizada de contención en tiempos de volatilidad.
La brecha tecnológica emerge como un factor fundamental en la competitividad empresarial. El 52% de las compañías españolas citan la falta de talento y competencias tecnológicas como el principal obstáculo para su resiliencia frente a un mercado cada vez más competitivo. Esta cifra es inferior a la media global del 61%, lo que puede indicar una particular vulnerabilidad del tejido empresarial español.
Preocupaciones globales y tendencia hacia el ‘friendshoring’
El clima de desconfianza es palpable, y así lo manifiesta el hecho de que siete de cada diez directivos expresen preocupación ante la posibilidad de una guerra comercial. Este temor se centra específicamente en el impacto que los aranceles podrían ejercer sobre las cadenas de suministro. Con el fin de mitigar estos riesgos, tres de cada cuatro ejecutivos están redirigiendo sus inversiones hacia países emergentes para disminuir la dependencia del mercado chino.
La estrategia de ‘friendshoring’, que implica centralizar la fabricación y el abastecimiento en naciones aliadas geopolíticamente, se vislumbra como un aspecto significativo en las estrategias empresariales para 2025. Con el aumento de tensiones comerciales y políticas, esta tendencia no solo aparece como una opción, sino como una necesidad imperiosa para mantener la competitividad en un mundo globalizado.
La inteligencia artificial como motor de cambio
Uno de los cambios más relevantes se encuentra en la adopción de nuevas tecnologías, con la inteligencia artificial (IA) a la vanguardia. Se anticipa que la integración de la IA en el entorno empresarial acelerará las inversiones tecnológicas para 2025. En este sentido, las organizaciones estadounidenses lideran en términos de inversión, donde el 84% de los líderes empresariales considera esencial incrementar el gasto para mantenerse competitivos, frente al 64% de sus homólogos europeos.
La inclusión de la IA en las estrategias empresariales se convierte en una prioridad acuciante, con casi tres de cada cuatro ejecutivos identificando esta tecnología como parte crucial de su enfoque de inversión para 2025. Este interés subraya un reconocimiento creciente de que las innovaciones tecnológicas pueden catalizar tanto la eficiencia operativa como la satisfacción del cliente, dos áreas esenciales para el éxito empresarial en un escenario cada vez más complejo.
Transformación de cadenas de suministro
De acuerdo con el estudio de prioridades de inversión, el 63% de los encuestados afirmaron que planean aumentar su gasto en 2025, con un enfoque en transformar las cadenas de suministro. Esta transformación no solo busca aumentar la eficiencia mediante la integración de tecnologías como la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT), sino también minimizar residuos y alcanzar los objetivos de sostenibilidad de las empresas. Esta tendencia resalta la interconexión entre sostenibilidad y competitividad, convirtiendo a la innovación en un pilar fundamental para la resiliencia organizacional.
Por otro lado, la creciente atención hacia la experiencia del cliente también se convierte en un pilar clave de las estrategias de inversión. En un entorno donde la confidencialidad y el servicio son más valorados que nunca, casi ocho de cada diez directivos están volcando su confianza y recursos hacia esta dirección, evidenciando un cambio significativo en la manera de abordar el crecimiento empresarial.
El complejo escenario que se perfila hacia 2025 destaca tanto desafíos como oportunidades. La convergencia de la innovación tecnológica, el enfoque en la sostenibilidad y la adaptación a un entorno geopolítico cambiante indicará el rumbo que tomarán las organizaciones. Sin embargo, la capacidad de las empresas para adaptarse y evolucionar en medio de la incertidumbre definirá su éxito a largo plazo, poniendo a prueba su resiliencia en un factor disruptivo del mercado global.