El Consejo Europeo de Reguladores de la energía (CEER) ha lanzado un urgente llamado a la acción, destacando la necesidad de fomentar la certeza de la inversión a largo plazo frente a un entorno normativo caracterizado por cambios constantes que erosionan la confianza de los inversores. Esta advertencia toma mayor relevancia en el contexto de la reciente crisis energética, que ha puesto de relieve las vulnerabilidades del sistema energético europeo y la importancia de garantizar la seguridad del suministro.
Desafíos en la competitividad energética
El CEER ha presentado sus conclusiones en un informe reciente que aborda los desafíos relacionados con la competitividad de la Unión Europea (UE) y su alineación con la ineludible transición energética. Este documento, conocido como el ‘informe Draghi’, evidencia la resiliencia mostrada por los mercados ante la crisis energética, aunque también subraya que las propuestas derivadas del mismo están fuertemente condicionadas por dicho evento.
La necesidad de optimizar las infraestructuras existentes es señalada como esencial para apoyar la transición hacia un modelo energético bajo en carbono. En este sentido, el CEER aboga por centrar esfuerzos en implementar completamente los marcos existentes antes de introducir nueva legislación, un enfoque que, según el organismo, podría ayudar a contribuir a la competitividad de la industria.
Importancia de la reforma en los mercados de luz y gas
El CEER destaca que la implementación completa de la reforma del diseño de los mercados de electricidad y de gas es una pieza clave en la mejora de la competitividad y la transición energética. En este sentido, se insiste en la necesidad de un enfoque de mercado orientado al futuro, que esté alineado con las normas ya existentes y que garantice la certidumbre regulatoria necesaria para incentivar la inversión masiva requerida en el sector.
Además, el CEER resalta que el marginalismo se revela como la opción más eficiente para los mercados diarios e intradiarios, lo que sugiere una búsqueda de modelos que se adapten a las condiciones cambiantes del mercado. Sin embargo, el organismo expresa sus reservas respecto a la introducción de ‘caps’ a las energías inframarginales durante períodos de crisis, adviertiendo que tales medidas podrían minar la confianza en el mercado y, por ende, desincentivar las inversiones necesarias.
Recomendaciones para una transición energética eficaz
Una de las recomendaciones centrales del CEER es la necesidad de hacer un uso más intensivo de mercados a plazo y herramientas de flexibilidad. Estas estrategias son consideradas cruciales para mitigar volatilidades en los precios y mejorar la competitividad de la industria. En este sentido, el informe sugiere que un marco sólido y estable podría facilitar el acceso a recursos energéticos a precios justos y predecibles, beneficiando tanto a los consumidores como a los productores.
Por otro lado, el CEER considera fundamental una colaboración más estrecha entre los diferentes reguladores europeos, así como la promoción de prácticas que alienten la cooperación transfronteriza en el sector energético. Esta colaboración no solo fomentará la inversión y la innovación, sino que también garantizará un suministro energético más sostenible y diversificado que responda a las necesidades de todas las partes interesadas.
Conclusiones sobre la seguridad en la inversión energética
La advertencia del CEER sobre la certeza de la inversión a largo plazo resuena con especial impacto en un contexto europeo donde la estabilidad y confianza son más esenciales que nunca. A medida que la UE avanza hacia sus objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones, la implementación efectiva de reformas en los mercados de energía y gas se torna no solo deseable, sino indispensable.
Con esto en mente, los legisladores y reguladores deben estar atentos a las señales que el mercado envía, ajustando sus políticas de manera que faciliten un entorno de inversión favorable, mientras se protegen los intereses de los consumidores y se promueve una transición energética justa y equitativa. La capacidad de Europa para adaptarse y prosperar en este nuevo paradigma energético dependerá en gran medida de su compromiso con un marco regulatorio claro y coherente que aliente la inversión y garantice la seguridad del suministro.