El consejo de Iberdrola en relación al apagón eléctrico del 28 de abril ha suscitado un intenso debate sobre las responsabilidades en el sector eléctrico español. Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España, ha subrayado que las eléctricas han sido injustamente señaladas como responsables del incidente, considerando que la culpabilidad recae exclusivamente en el operador único de la red, Red Eléctrica de España (REE). En su intervención en el foro CREO organizado por Cinco Días, evidenció la necesidad de aclarar la situación y distinguir claramente entre responsabilidad y culpabilidad.
Contexto del apagón y responsables
Ruiz-Tagle insistió en que lo ocurrido el 28 de abril debe ser analizado con objetividad. Relató que antes del apagón, hubo episodios de fuertes oscilaciones en la red, producidas los días 16, 22 y 24 de abril, que deberían haber alertado a RED. Estas fluctuaciones generaron condiciones propensas a la sobretensión, un fenómeno que no es responsabilidad de los operadores de distribución ni de generación. Según el consejero, la única certeza es que el sistema eléctrico experimentó un «cero nacional».
El directivo enfatizó que es fundamental “dar luz sobre lo que pasó”, ya que el incidente representa un cambio significativo en el funcionamiento del sector eléctrico en el país. Enfatizó que la información existente debe ser pública para facilitar una investigación efectiva. “No es posible que haya más investigación con más datos de terceros que de propios”, subrayó, instando a la transparencia como clave para entender la situación.
Interconexión con Francia: interrogantes sin respuesta
A lo largo de su exposición, Ruiz-Tagle también planteó cuestiones críticas en torno a cómo operó la interconexión con Francia durante el incidente. En específico, mencionó un cambio en el sentido de esta interconexión el día 22 de abril, lo que había permitido controlar las tensiones antes del apagón. Este cambio despertó dudas sobre el control y la gestión de la red, sugiriendo la necesidad de investigar a fondo factores externos que podrían haber influido en el incidente.
“Cinco minutos antes del suceso, el operador del sistema solicitó un ciclo combinado a la compañía”, agregó, lo que generó más incertidumbres sobre los procedimientos adoptados en ese momento. Ruiz-Tagle enfatizó que no busca polemizar, sino aclarar las responsabilidades para garantizar que situaciones similares no vuelvan a ocurrir.
Perspectivas de Naturgy ante el apagón
En contraste con la postura de Iberdrola, Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy, adoptó un enfoque más cauteloso y planteó la importancia de esperar a los resultados de la investigación sobre la causa del apagón. “Lo que pudo fallar no lo sé”, afirmó, resaltando que su empresa ha aportado más de mil millones de datos al análisis en curso, aunque reconoció que su visión podría ser parcial al representar aproximadamente el 20% del sistema.
Sin embargo, Reynés destacó la capacidad de Naturgy para responder ante la crisis, asegurando que se logró restablecer el sistema eléctrico con la mayor rapidez posible, a pesar de los problemas de comunicación derivados del apagón. Subrayó que, durante la reposición, no todos los recursos estaban disponibles debido a las limitaciones impuestas por la falta de alimentación eléctrica, lo que complicó aún más la situación.
Perspectivas sobre las nucleares y su futuro
Al abordar el tema de la energía nuclear, Reynés planteó la posibilidad de prolongar el cierre de la central nuclear de Almaraz, programada para cerrarse en 2027. Consideró que el contexto actual podría justificar una revisión del calendario acordado por las empresas propietarias y Enresa. “Las circunstancias de 2019 eran distintas a las actuales”, concluyó, sugiriendo que las decisiones sobre energía deben adaptarse a un entorno en constante cambio, tanto a nivel técnico como económico.
Este análisis sobre el apagón del 28 de abril y la implicación de Iberdrola y Naturgy en el mismo pone de manifiesto la complejidad que enfrenta el sector eléctrico español. A medida que se llevan a cabo investigaciones y se busca una mayor transparencia en la gestión de la red, es crucial que se establezcan y clarifiquen las responsabilidades. La situación actual también plantea un escenario de reflexión sobre el futuro de las infraestructuras eléctricas en España y la importancia de balancear la transición energética con la estabilidad del suministro. La respuesta a los desafíos que se avecinan dependerá de la disposición del sector a aprender del pasado y a adaptarse a nuevas realidades, donde la cooperación y la transparencia se conviertan en pilares fundamentales del sistema.