El modelo de seguimiento y pronóstico ‘RealTimeTracker’ de la consultora EY, en colaboración con Esade, ha presentado estimaciones que destacan un crecimiento del PIB español del 0,7% en el primer trimestre de 2025. Este dato supera ligeramente las previsiones de entidades como Funcas y la AIReF, que proyectan un incremento del 0,6%. Sin embargo, la tendencia general sugiere una desaceleración de la economía española, dado que los trimestres previos —tercero y cuarto de 2024— registraron crecimientos del 0,8% y 0,9%, respectivamente.
Desaceleración del crecimiento en el primer trimestre de 2025
A pesar de que el crecimiento del PIB continuará su trayectoria al alza, se observa que este será más moderado en comparación con periodos anteriores. El segundo trimestre de 2025 presenta una estimación de crecimiento de 0,4%. Aunque este porcentaje aún está sujeto a revisiones, refleja una continuidad de las ganancias económicas que se han acumulado durante los últimos 18 trimestres. No obstante, la observed desaceleración plantea retos significativos para la economía nacional.
El pronóstico anterior, que anticipaba un crecimiento del 0,8%, ha sido revisado a la baja debido a un «enfriamiento» en el mercado laboral, una evolución negativa en el consumo, así como un rendimiento débil en la industria y los servicios. Según el índice de consumo minorista, el comportamiento del consumo se ha visto afectado por la reducción en la tasa de afiliación. Esto, por su parte, ejercerá presión sobre la demanda y provocará expectativas más pesimistas en el consumo interno.
Factores que afectan las proyecciones económicas
Desde el punto de vista de la oferta, la situación no es más alentadora. La consultora EY ha subrayado la disminución de las perspectivas en las ramas industriales y de servicios, lo que se traduce en una menor fuerza motriz para la proyección trimestral. En este entorno, es crucial entender que, a pesar de las dificultades, la actividad comercial ha mantenido cierto impulso en los últimos meses.
Sin embargo, existe un aspecto positivo digno de mención. La inversión en bienes de equipo y en el sector de la construcción ha experimentado un resurgimiento en las estimaciones. Esta recuperación se ha visto apoyada por la revisión de la serie de la Contabilidad Nacional Trimestral publicada por el INE, lo que ha contribuido a una estabilidad en las proyecciones de crecimiento a mediano plazo. Este contexto sugiere que, aunque se enfrenta a retos, aún hay sectores que están mostrando resiliencia.
Proyecciones optimistas para el crecimiento anual
A pesar de las revisiones a la baja para el primer trimestre de 2025, el ‘RealTimeTracker’ ha elevado sus datos anuales. Las proyecciones ahora indican un crecimiento del PIB entre 2,2% y 2,6%, una mejora significativa en comparación con la estimación anterior de 1,2%. La demanda doméstica ostenta una importante aportación en esta recuperación, beneficiándose también del efecto arrastre generado por el crecimiento del 3,2% experimentado en 2024.
El concepto de «efecto arrastre» es fundamental para entender esta proyección: incluso si los aumentos de PIB en los últimos trimestres fueran nulos, la economía seguiría creciendo en ese porcentaje. Estas predicciones se construyen sobre la base de las estimaciones de crecimiento del PIB para el primer y segundo trimestre; así, la economía podría cerrar el año con un incremento del 2% en su conjunto.
Incógnitas en el horizonte económico
Pese a las expectativas favorables, el contexto macroeconómico de España se presenta como incierto. Aunque el informe sugiere que la situación económica actual es «favorable», también advierte sobre desafíos derivados de la incertidumbre macrofinanciera, así como de condiciones comerciales y geopolíticas volátiles. Este conjunto de factores tiene el potencial de afectar negativamente a los socios comerciales de España y, por ende, podría lastrar el mercado laboral y la demanda interna.
Este contexto destaca la dualidad del panorama económico español: mientras que hay segmentos que muestran crecimiento y resistencia, otros áreas presentan señales de enfriamiento. Los acontecimientos globales, como conflictos geopolíticos o cambios en las políticas comerciales, podrían tener repercusiones significativas en el bienestar económico a corto y mediano plazo.
Con todas estas variables en juego, es crucial para los responsables de la política económica y los analistas seguir de cerca la evolución del mercado en los próximos trimestres. La adaptabilidad para enfrentar la presente incertidumbre será determinante para garantizar un crecimiento sostenido, mientras que las políticas adecuadas podrían mitigar riesgos y servir de catalizador para el desarrollo económico en un entorno cada vez más desafiante.