El comercio textil en España atraviesa un momento de tensiones económicas, reflejadas en un crecimiento moderado y en una expectativa de cierre del año 2025 con cifras que, aunque positivas, aún no logran recuperar los niveles pre-pandemia. En 2024, el sector alcanzó una facturación de 11.040 millones de euros, lo que representa un modesto incremento del 0,17% con respecto al ejercicio anterior. Sin embargo, estas cifras son absolutamente inferiores a las del año 2006, donde el sector alcanzó alturas impensables hoy en día, lo que sugiere una tendencia preocupante de estancamiento.
Desempeño del sector textil y expectativas futuras
El último informe titulado ‘El Comercio Textil en Cifras’, elaborado por Acotex, revela que, a pesar de la leve mejoría en 2024, el comercio textil no ha logrado recuperarse completamente, ya que tanto las cifras de facturación como el número de tiendas se mantienen casi iguales a las registradas en 2023. En este contexto, Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, ha manifestado una visión optimista respecto a 2025, afirmando que se espera cerrar el año “en positivo», a pesar de un descenso acumulado del 2,51% hasta mayo.
Este descenso, marcado principalmente por los meses de marzo y abril, se desglosa en caídas del 3,1% y 7,1% respectivamente. Las cifras de enero y febrero también contribuyeron al panorama negativo, con retrocesos del 2,2% y un ligero repunte del 1,6%, lo cual establece un contexto desfavorable para las empresas del sector. Aunque Zamácola ha indicado que junio parece ser un mes más favorable, advierte sobre la presión de las rebajas que podrían forzar a las empresas a ofrecer descuentos sustancialmente altos, lo que afectaría sus márgenes de beneficio.
El impacto de la inflación sobre el consumo
Uno de los factores más alarmantes que enfrenta el comercio textil es el comportamiento del consumidor. A pesar de que las familias españolas incrementaron su gasto en ropa un 1,17% hasta 933 euros en 2024, esta cifra sigue siendo significativamente inferior a los 1.256 euros gastados antes de la pandemia. Este comportamiento refleja un cambio en la disposición de los consumidores, quienes están realizando una mayor contención de gastos, circunstancia que se ve agravada por la continua inflación.
Zamácola ha indicado que la situación actual del sector muestra que «a nuestro sector le queda mucho para recuperarse», poniendo de manifiesto que el porcentaje destinado por los españoles a ropa y calzado se encuentra en un 3,97% de su cesta de compras total. Esta realidad plantea serias interrogantes sobre cómo el patrón de consumo evoluciona en medio de un contexto económico mundial incierto.
Distribución del gasto por comunidades autónomas
El análisis detallado revela diferencias significativas en el comportamiento del gasto en ropa según las regiones de España. Por ejemplo, los vascos, los madrileños y los cántabros se destacaron por ser los más gastadores en comercio textil. La media nacional se situó en 314,14 euros por persona en 2024, con el País Vasco alcanzando un impresionante 422,81 euros y Baleares reportando la cifra más baja con 228 euros. Esta desigualdad en el gasto podría estar influenciada por diversos factores, incluyendo el nivel de ingresos y las preferencias culturales en cada región.
Las comunidades de Madrid, Cataluña y Andalucía mantuvieron su hegemonía en cuota de facturación, con porcentajes similares al año anterior: 17,54%, 16,33% y 15,04%, respectivamente. A contracorriente, Ceuta, Melilla y La Rioja figuraban como las que menos aportaban en términos de facturación, un fenómeno que se ha mantenido constante en los últimos años.
Perfil del turista y su influencia en el comercio textil
Un aspecto que resulta igualmente relevante es el impacto del turismo en el consumo textil en España. En 2024, el país recibió 93.799.505 turistas internacionales, lo que equivale a un incremento del 10% con respecto al año anterior. Dicho incremento ha conllevado un aumento del 16% en términos de gasto total, alcanzando los 126.288 millones de euros. Este crecimiento afecta positivamente el comercio textil, ya que el 81% de este gasto se destina a compras en tiendas de ropa.
Entre las nacionalidades más destacadas, los estadounidenses lideraron la clasificación con un 26% del total en compras, seguidos de mexicanos y argentinos, quienes realizaron el 24% y el 13% de las adquisiciones, respectivamente. En cuanto a las regiones con mayor gasto en compras, Cataluña ocupó el primer puesto con un 19%, seguidas de Canarias y Baleares.
Transformaciones en los formatos comerciales
Otro dato notable es la creciente cuota de mercado de las cadenas especializadas, que en 2024 representaron el 40% de la facturación global. En contraste, las tiendas multimarcas han ido perdiendo terreno, pasando de detentar un 58% en la década de los 90 a un mísero 9% en tiempos recientes. Los grandes almacenes también se ven relegados, alcanzando solo un 8%.
El comercio online, por su parte, continúa experimentando un crecimiento robusto, representando cerca del 16,8% de la facturación total del sector en 2024. Aunque los datos sobre este canal son complejos y a menudo no se desglosan, se establece que la tendencia hacia la digitalización del comercio textil es cada vez más prominente y supone un reto sustancial para los formatos tradicionales de venta.
En suma, el panorama del comercio textil en España es, en gran medida, un reflejo de las diversas dinámicas económicas y sociales que marcan el día a día de este sector. Las condiciones actuales, caracterizadas por un crecimiento contenido, fluctuaciones en el consumo, y una diversificación en los formatos comerciales, plantean desafíos significativos y oportunidades que requerirán atención constante de los actores involucrados en la industria.