UGT ha destacado recientemente el descenso del paro en 146.738 personas durante el año 2024 junto con la creación de más de medio millón de empleos en España. Esta tendencia es considerada un «signo inequívoco» de que el mercado laboral español está inserto en una dinámica de crecimiento, tanto en cantidad como en calidad. A medida que se cumplen tres años desde la aprobación de la reforma laboral de 2021, se puede apreciar un avance notable y sostenido en materia de calidad y estabilidad del empleo.
Impacto de la reforma laboral en la temporalidad
El sindicato UGT, liderado por Pepe Álvarez, ha subrayado que la reforma laboral ha conseguido reducir la tasa de temporalidad en el país hasta el 12,8%, lo que representa una disminución de 15 puntos respecto a los niveles previos a dicha reforma. Este fenómeno es aún más significativo entre los jóvenes, donde la tasa de temporalidad se sitúa en 20,9%, una mejora considerable frente al 53% registrado anteriormente.
Dentro de este contexto, UGT sostiene que, aunque actualmente se registran menos contratos que en la etapa previa a la reforma, estos son más estables y de mejor calidad. Este cambio ha conllevado una reducción notable de los contratos temporales, permitiendo que la figura del contrato indefinido sea más representativa en la estructura laboral del país. Esta transformación no solo es vital para la seguridad económica de los trabajadores, sino que también contribuye al fortalecimiento del tejido económico nacional, fomentando un clima propicio para la inversión y el crecimiento.
Desafíos persistentes: el subempleo y la pobreza laboral
A pesar de estos logros, UGT ha hecho un llamado de atención sobre el persistente problema del subempleo, que afecta a casi la mitad de las personas que trabajan a tiempo parcial. Esta situación de subempleo conlleva una mayor probabilidad de pobreza laboral, siendo que aproximadamente el 10,9% de las personas trabajadoras se encuentra por debajo del 60% de la mediana de ingresos, lo que define a la pobreza laboral en términos estadísticos.
Este diagnóstico sugiere que, aunque la calidad general del empleo ha mejorado, aún queda un segmento significativo de trabajadores que no logra acceder a un empleo a tiempo completo, lo cual les condena a recibir ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas. Este fenómeno resuena con las políticas de bienestar social y empleo que se han desarrollado en los últimos años, y que deben adaptarse para ser más efectivas en la erradicación de la pobreza laboral.
Recomendaciones para el futuro del empleo en España
A fin de sostener y potenciar la mejora en las condiciones laborales, UGT ha manifestado su opinión de que durante el año 2025 es imperativo continuar la senda de reformas iniciada tras la reforma laboral de 2021. En particular, la organización resalta la necesidad de abordar varios puntos cruciales. En primer lugar, la reducción de la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales está considerada como un objetivo fundamental. Esta medida contribuirá no solo al bienestar de los trabajadores, sino que también puede resultar en una mayor productividad y en la optimización del uso de los recursos laborales.
Adicionalmente, el sindicato ha enfatizado la importancia de llevar a cabo una sustancial subida del salario mínimo interprofesional (SMI) para asegurar que los trabajadores puedan vivir dignamente de su trabajo y contribuir adecuadamente al crecimiento económico del país. Un SMI elevado es esencial para combatir la pobreza laboral y estimular el consumo interno, lo que a su vez podría traducirse en un aumento en la demanda de productos y servicios.
Por último, UGT ha instado a reformar las políticas activas de empleo, haciendo un énfasis especial en mejorar la empleabilidad y la orientación de las personas desempleadas. Este enfoque debe ir acompañado de un adecuado dotación de recursos al Servicio Público de Empleo, asegurando que se pueda proporcionar formación pertinente y apoyo a aquellos que lo necesiten.
Perspectivas a largo plazo del mercado laboral
En resumen, los datos presentados indican que, a pesar de los avances significativos en materia de empleo y la notable reducción de la temporabilidad, existen desafíos estructurales que requieren atención. La mejora continua en la calidad del empleo, la reducción del subempleo y el aumento de los ingresos laborales son objetivos que deben estar en el centro de las políticas laborales en España.
Así, el panorama laboral de los próximos años dependerá no solo de la satisfacción de estos desafíos, sino también de la capacidad de los actores involucrados para adaptarse a un mercado laboral que sigue en evolución. La implementación exitosa de estas reformas y políticas podría señalar el camino hacia un mercado de trabajo más eficiente y justo, lo que, sin duda, se traduciría en beneficios tanto para los trabajadores como para la economía en su conjunto.