El sistema eléctrico en España ha revelado un déficit provisional de 1.194,58 millones de euros hasta octubre, según la décima liquidación publicada recientemente. Los datos apuntan a que los ingresos totales alcanzaron 10.831,41 millones de euros, mientras que los costes se elevaron a 12.025,99 millones de euros. Esta discrepancia ha dado lugar a un índice de cobertura del 88,3%, lo que indica que los ingresos disponibles son insuficientes para cubrir los costes reconocidos. Al mismo tiempo, la demanda en consumo se ha situado en 172.182 gigavatios hora (GWh).
Déficit acumulado y sus causas
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha indicado que la liquidación actual se suma a las liquidaciones previas del ejercicio 2024, alcanzando un total acumulado de 3.807,77 millones de euros desde el 1 de enero hasta el 31 de octubre, excluyendo el IVA y otros impuestos. De este total, un 92,7% (es decir, 3.766,49 millones de euros) corresponde al sector eléctrico, mientras que los restantes 41,28 millones de euros son cubiertos por los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en relación con el 50% de la retribución específica de instalaciones no peninsulares.
El déficit se ve igualmente afectado por desajustes temporales entre ingresos y costos del sistema eléctrico, que se contemplan en la Ley 24/2013, de 26 de diciembre. Estas irregularidades han derivado en un coeficiente de cobertura del 88,3%, mientras que la cantidad que debe ser abonada a cuenta a los productores se eleva a 189,74 millones de euros. En consecuencia, aunque los ingresos del Tesoro Público han permitido abonar el 100% de las retribuciones correspondientes a instalaciones en territorios no peninsulares, la situación general del sector eléctrico sigue generando preocupaciones sobre su sostenibilidad a largo plazo.
Rendimiento del sector gasista
En paralelo, el sector gasista también ha experimentado un descenso significativo en sus ingresos. En la decimotercera liquidación, correspondiente al periodo del 1 de octubre de 2023 al 31 de septiembre de 2024, los ingresos liquidables alcanzaron 2.231,71 millones de euros, lo que representa una caída del 17% en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior. Estos ingresos se distribuyen en diversas categorías, incluyendo 14,54 millones de euros de cargos del sistema, 90,42 millones de euros de almacenamientos subterráneos, 1.268,05 millones de euros de redes locales, 474,55 millones de euros de la red de transporte troncal y 346,89 millones de euros de plantas de GNL.
El resumen de la liquidación muestra que los ingresos por cargos del sistema quedaron en +294.224,31 euros, mientras que los datos reflejan desvíos en distintos segmentos, tales como pérdidas en redes locales (-148,47 millones de euros) y ganancias en la planta de GNL (+418,12 millones de euros). Estos datos sugieren que algunos componentes del sistema gasista son más eficientes que otros, lo que podría ser motivo de estudio para futuras reformas sectoriales.
Demanda y exportaciones de gas
En el ámbito de la demanda, el año de gas 2024 ha reportado un total de 292,8 teravatios hora (TWh) facturados hasta el 31 de octubre. Este volumen representa una disminución de 24,1 TWh en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que podría reflejar una contracción en el consumo energético o una transición hacia fuentes más sostenibles. Además, las exportaciones de gas natural por gasoducto se situaron en 29,8 TWh, mientras que el gas trasvasado desde plantas de regasificación a buques alcanzó 18,7 TWh.
A pesar de estos descensos en la demanda y en los ingresos del sector gasista, la energía total de salida del sistema durante el periodo de liquidación se ha mantenido en 352 TWh. Este dato enfatiza que, a pesar de una caída en el consumo, las estructuras de producción continúan operando a un nivel considerable.
Perspectivas futuras del sector energético
La situación actual del sistema eléctrico y gasista en España plantea interrogantes significativos sobre la viabilidad a largo plazo de ambos sectores. Los déficits acumulados y la insostenibilidad de algunos aspectos operativos resaltan la necesidad de reformas y adaptaciones estratégicas. Independientemente de los desajustes temporales y la dependencia de ingresos externos como los del Tesoro Público, es evidente que los sectores eléctrico y gasista requieren de una reestructuración profunda para garantizar su sostenibilidad y eficiencia en un entorno global cada vez más competitivo.
A medida que la transición hacia energía más limpia y sostenible se intensifica, es crucial que se implementen medidas para optimizar la producción y la gestión de estos recursos. En este contexto, la capacidad del sistema eléctrico y gasista para adaptarse y responder a las demandas futuras será un factor decisivo en su éxito y estabilidad. La situación actual, aunque desafiante, brinda una oportunidad inmejorable para innovar y buscar soluciones que aseguren que ambos sectores no solo sobrevivan, sino que prosperen en la nueva realidad económica y medioambiental.