La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha manifestado su satisfacción por el récord histórico alcanzado en la afiliación laboral, que supera los 21,3 millones de trabajadores hasta diciembre. Este logro se presenta tras un contexto de contención de márgenes en las pequeñas y medianas empresas, pero Cepyme señala que es imprescindible poner fin a las recientes decisiones gubernamentales que han conllevado aumentos de costes, los cuales están impactando de manera directa en el tejido empresarial.
Datos positivos en el empleo
En un comunicado oficial, Cepyme destaca que los datos interanuales de empleo muestran mejoras significativas tanto en el régimen general, que ha registrado un aumento de 460.134 afiliados, como en el régimen de autónomos, que ha crecido en 42.396 afiliaciones. Particularmente, el sector de la hostelería y el comercio han mostrado incrementos notables en sus cifras de afiliación, lo que podría interpretarse como una señal de recuperación en estas áreas de la economía.
Sin embargo, la patronal de las pymes ha dejado claro que 2024 ha sido un año marcado por desafíos severos en el sector agropecuario, el cual ha reportado una disminución a niveles históricos en sus medias de afiliación, situándose por debajo del millón de cotizantes en agosto. Este escenario plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad de empleos en un sector crítico para la economía española.
Impacto de los costes laborales
Desde Cepyme se advierte que los costes laborales de las pymes han experimentado un notable incremento del 4,2% en el tercer trimestre, mientras que la productividad ha continuado una racha negativa, encadenando siete trimestres de reducciones interanuales. Esta situación ha llevado a una espiral de pérdida de productividad, exacerbada por la disparidad entre la elevación de los costes laborales y el estancamiento o disminución de la productividad.
La patronal enfatiza la necesidad urgente de que las pymes reciban un alivio en sus cargas laborales, impositivas y burocráticas, al tiempo que buscan mayor certidumbre en el entorno normativo. Sin embargo, se anticipa que los empresarios españoles encararán en 2025 todavía más subidas en las cotizaciones, nuevos recargos y un incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), cuya cuantía exacta aún no está definida. Este cúmulo de presiones podría comprometer la viabilidad financiera de muchas pequeñas y medianas empresas.
Subidas del SMI y su repercusión
El SMI ha acumulado un aumento del 60% desde el año 2017, lo que plantea una preocupación adicional en el contexto de un aumento previsto para 2025, el cual podría estar por encima de la tasa de inflación del cierre del año anterior, que se sitúa en un 2,8%. Este continuo crecimiento del SMI, sin un correlato en el aumento de la productividad, puede poner en riesgo la competitividad de las pymes, ya que su margen de maniobra se va reduciendo.
Cepyme también apunta que, además del aumento de las bases de cotización, se ha incrementado el porcentaje del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), y que se ha introducido una nueva cuota de solidaridad destinada a financiar las pensiones. Este panorama se traduce en un entorno poco propicio para el crecimiento empresarial y la rentabilidad, aspectos fundamentales para fomentar la creación de empleo de calidad.
Expectativas y retos para 2024
El reto que enfrentan las pymes en el próximo año 2024 es considerable. Según los pronósticos, el impacto acumulado por los aumentos en los costes laborales sumado a los cambios en la jornada laboral deberán ser considerados por las empresas para poder adaptarse a un marco laboral que, si bien busca proteger al trabajador, también genera tensiones significativas en la capacidad de adaptación de las pequeñas empresas.
Es crucial que se mantenga un diálogo entre el Gobierno y los representantes de las pymes, para buscar soluciones que favorezcan un crecimiento equilibrado. Las empresas no solo requieren recursos para adaptarse a los cambios normativos, sino también medidas que les permitan seguir creando empleo y contribuyendo a la economía nacional.
El futuro de las pequeñas y medianas empresas en España dependerá en gran medida de la capacidad de estas para adaptarse a un escenario de costes crecientes y normativas cada vez más exigentes, que amenazan su existencia y su papel en la generación de empleo. La delicada balanza entre la protección del trabajador y el apoyo a las empresas se presentará como un tema central en el debate económico en los próximos meses, y la gestión de esta cuestión será determinante para el desarrollo social y económico en España. El camino hacia una relación más equilibrada entre flexibilidad laboral y la protección social podría ser la clave para garantizar un crecimiento económico sostenible en el contexto del tejido empresarial español.