En un contexto donde el sector energético se encuentra en una continua evolución, el futuro de las energías renovables presenta tanto oportunidades como desafíos. Un aspecto que resalta es el desajuste entre la oferta y la demanda, que podría tener implicaciones significativas para la rentabilidad de las inversiones en este sector.
Ahorro récord en energías renovables
Las energías renovables lograron un impresionante ahorro neto de 9.575 millones de euros en el sistema eléctrico español durante 2023. Esta cifra representa un crecimiento del 41% respecto al año anterior, según un estudio reciente. Este estudio, elaborado por Deloitte, destaca cómo las energías limpias no solo contribuyen a una reducción significativa en los costos, sino que también desempeñan un papel crucial en la sostenibilidad del sistema eléctrico.
En concreto, se alcanza un notable hito de 50,4% de electricidad renovable en la matriz energética, donde la interacción entre generación renovable y precios del mercado es evidente. Las energías renovables produjeron un ahorro de 12.745 millones de euros en 2023 al reducir el costo promedio del megavatio hora (MWh) a 87,10 euros, frente a 142,60 euros que se habrían pagado sin ellas.
Desafíos ante el aumento de precios cero
A pesar de estos logros, el presidente de APPA Renovables, Santiago Gómez Ramos, expresó su preocupación por la creciente presencia de precios cero o incluso negativos en el mercado. «Las cifras actuales reflejan una situación que podría comprometer futuros proyectos de inversión», indicó. Este fenómeno, si no se aborda adecuadamente, podría afectar la financiación y el desarrollo de nuevas iniciativas renovables.
Los datos sugieren que para 2024 se podría alcanzar un 10% de horas con precios cero o negativos, lo que plantea un desafío adicional para un sector que sigue expandiéndose. Esta situación requiere urgentemente el desarrollo del almacenamiento energético y mejorar la flexibilidad en la demanda.
Impacto en el empleo y el PIB
El panorama del empleo en el sector renovable también está experimentando cambios. Aunque el ritmo de instalación de nueva capacidad se ha mantenido sólido, con un notable enfoque en la fotovoltaica para venta a mercado, se ha observado una caída del 2,5% en los empleos, alcanzando un total de 127.576 puestos de trabajo. Esta disminución ha sido influenciada por una desaceleración en la instalación de tecnologías de autoconsumo y energía eólica, que se ha reducido considerablemente.
Asimismo, la contribución al PIB del sector renovable se situó en 16.495 millones de euros, lo que representa el 1,13% del PIB nacional. Aunque esta cifra es notable, es la tercera más alta de la serie histórica, después de 2022 y 2021. Los altos precios de la energía y la inflación han afectado gravemente a la economía, y este impacto se refleja en la nueva realidad que enfrenta el sector.
Efecto depresor en el mercado eléctrico
El cambio significativo en los precios de la energía ha tenido un efecto depresor sobre el mercado mayorista. Durante 2023, la reducción en los precios de la energía permitió que los ahorros derivados de la importación de combustibles fósiles bajaran a 15.622 millones de euros. De manera similar, las emisiones de CO2 también se vieron beneficiadas, logrando un ahorro de 5.586 millones de euros.
Es evidente que el papel de las energías renovables va más allá de su impacto económico; su presencia ha contribuido a la disminución de las emisiones y mejora del medio ambiente, por lo que resulta vital seguir impulsando su expansión.
Retos en la instalación de nuevas tecnologías
La instalación de nueva capacidad ha mantenido un ritmo firme en ciertas áreas, pero hay aspectos que generan preocupación. Aunque se registró un aumento en la fotovoltaica para venta a red, el autoconsumo se redujo en un 27%, y la instalación eólica se vio limitada a la mitad de lo que se había logrado en el año anterior. Este crecimiento desigual entre las distintas tecnologías refresca la necesidad de revisar las estrategias y asegurar una evolución equilibrada en el sector.
En este sentido, la evolución del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) debe incluir un ajuste en la demanda eléctrica. Este es un desafío a largo plazo que debe enfrentarse mediante una diversificación de tecnologías y un compromiso sólido hacia un mix energético más equilibrado.
El desarrollo constante y la atención a las necesidades emergentes en el ámbito de la energía renovable son fundamentales. En este panorama cambiante, sería prudente seguir de cerca cómo las decisiones regulatorias y del mercado podrán influir en la dirección del sector, asegurando un futuro sostenible. La conversación sobre energías limpias y su rol vital para la economía y el medio ambiente está lejos de concluir. ¿Cómo se podrán resolver las tensiones entre oferta y demanda en los próximos años? Mantente atento a las novedades que surgen en este interesante y crucial campo.