El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha defendido la reforma que propone la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, a pesar de las tensiones en el ámbito económico. Para él, sería un error pensar que esta medida desencadenaría «un apocalipsis económico». En su lugar, considera que parte del sector empresarial siente más temor al «control efectivo del tiempo de trabajo».
Una tramitación compleja, pero posible
En una reciente entrevista concedida a Herri Irratia-Radio Popular, Sordo realizó un análisis sobre el acuerdo logrado entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, que establece la reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales a lo largo de 2025. A pesar de que esta iniciativa no ha sido bien recibida por la patronal, Sordo cree que es «perfectamente posible» que se aplique a todo el mundo a partir de 2026.
Sin embargo, el secretario general admitió que la tramitación del proyecto de ley será complicada y que llevará «unos cuantos meses» antes de que se produzca una aprobación definitiva. Citó un aspecto importante del acuerdo: se contemplaba un proceso de adaptación mediante los convenios colectivos, con un plazo límite fijado para el 31 de diciembre de 2025.
Impacto en el mercado laboral
Unai Sordo ha enfatizado que el verdadero objetivo del acuerdo es que, a partir de 2026, todos los trabajadores cuenten con la jornada legal máxima de 37,5 horas semanales. «Lo importante es si esto ve la luz y si mejora las condiciones de trabajo de millones de personas», apuntó Sordo. Hizo hincapié en su preocupación por cómo esta reducción afectará a las trabajadoras a tiempo parcial, así como la necesidad de evitar que se produzcan absorciones salariales como compensación por la reducción de horas.
Cabe destacar que en este contexto, a España todavía le queda el desafío de afrontar una tasa de desempleo superior al 10% o 11%. «Queremos saber hasta qué punto la reducción de jornada contribuye a la generación de nuevos empleos», agregó.
Diálogo con los partidos políticos
Con el objetivo de buscar apoyos, CCOO y UGT están en conversaciones con distintos partidos políticos. Ya han mantenido reuniones con formaciones como el PNV, EH Bildu, Sumar, el PSOE y Junts, mientras que esperan dialogar con ERC y UPN. «Nuestra intención es tratar de convencer al conjunto de los grupos sobre las bondades de esta medida», aclaró Sordo.
Aunque aún no hay un consenso general, Sordo expresó su optimismo respecto a la disposición de Junts, quienes han indicado que aún no tienen una postura definida al respecto. «Es posible que esta medida vea la luz, ya que es bien valorada por la ciudadanía», afirmó el líder sindical.
Las ventajas de la reducción de jornada
Sordo cree que esta reforma es atractiva para una amplia gama de la población: «A cualquier persona le suena bien que, sin tocar los salarios, se reduzca la jornada laboral. No podemos seguir aceptando que la jornada de trabajo por ley sea la misma que hace 41 años». Enfatizó que es «razonable» disminuir el tiempo de trabajo a la luz de los cambios en la economía y el entorno laboral actual.
La propuesta no solo busca reducir horas, sino también abordar los problemas relacionados con la distribución del tiempo de trabajo. Se ha incluido en el acuerdo medidas sobre la desconexión digital, entre otros aspectos cruciales.
El miedo al control efectivo del tiempo de trabajo
Para Sordo, es fundamental establecer mecanismos que permitan un control efectivo sobre el tiempo de trabajo, advirtiendo que, si no se implementan estos controles, las leyes y normas se convertirán en letra muerta. «Soy consciente de que parte del mundo empresarial tiene miedo a esta medida, sobre todo a la implementación de un control efectivo del tiempo», dijo.
Aun así, Sordo señala que no todos los empresarios están en contra de la reforma. Algunos sectores y empresas que ya operan con jornadas laborales más reducidas no parecen tener objeciones. Y es que, como él mismo afirma, es esencial que los convenios y leyes que regulan el tiempo de trabajo se respeten de igual forma que las leyes de seguridad ciudadana o el código de circulación.
Retos y expectativas del nuevo acuerdo
Además, Sordo enfatiza que no es aceptable que las horas extraordinarias queden sin remuneración o que existan extensiones de jornada que no sean contabilizadas adecuadamente. «En un momento en que se pueden encontrar datos sobre tantas cosas, resulta inaudito que no sepamos cuántas horas efectivas se trabaja en sectores como el de la hostelería», expresó.
Con el avance de la inteligencia artificial, Sordo ve una oportunidad para contrastar los datos y esclarecer el cumplimiento real de horarios en distintos sectores de la economía. «Esto depende de la voluntad política y de dotar a la inspección de trabajo de los recursos necesarios», agregó.
En relación a las dudas sobre si la reducción de jornada provocará un colapso económico, Sordo se mostró firme: «No hay más que revisar las predicciones que se hicieron al elevar el salario mínimo interprofesional, donde muchos anunciaron catástrofes laborales que nunca se materializaron». De hecho, aseguró que el récord histórico de cotizantes a la Seguridad Social demuestra que estas medidas pueden tener un impacto positivo en el empleo.
Sin duda, el debate sobre la reducción de jornada laboral ha comenzado a resonar en diversos sectores, lo que podría traer cambios significativos para el futuro del trabajo en el país. Conociendo los matices de esta cuestión, vale la pena seguir explorando el impacto que la reducción de la jornada puede tener en la vida laboral de millones de personas. ¿Podría esta reforma marcar un nuevo horizonte en las relaciones laborales y en la calidad de vida de los trabajadores? El tiempo lo dirá.