La Audiencia Nacional ha decidido aplazar el inicio del juicio por el expediente de regulación de empleo (ERE) en MasOrange hasta el próximo 27 de febrero. Esta decisión llega tras las demandas interpuestas por los sindicatos USO y CCOO. Cabe recordar que este último no firmó el acuerdo que fue respaldado por UGT y Fetico, lo que ha generado tensiones en torno a la salida de 650 trabajadores de la compañía, resultado de la fusión entre Orange y MásMóvil.
Contexto del ERE
Este ERE ha impactado de manera significativa en la plantilla de la empresa, y la situación actual no ha hecho más que intensificar la incertidumbre sobre el futuro laboral de muchos empleados. La fecha inicial para el arranque de este complicado proceso estaba programada para el próximo martes, 21 de enero, pero ahora los involucrados deberán esperar un tiempo más prolongado para que se celebre el juicio.
El aplazamiento del juicio es solo el primer paso en un proceso que podría extenderse, ya que, según ha señalado CCOO en un comunicado, «habrá que esperar algo más de un mes para la celebración del juicio y un tiempo todavía mayor hasta conocer la sentencia». En este sentido, el sindicato ha enfatizado que es crucial que se examine si el ERE forzoso de 650 despidos fue acordado adecuadamente, ya que quedan pendientes 80 despidos adicionales.
La postura de los sindicatos
Mientras CCOO ha calificado el ERE de «forzoso», en contraposición, la dirección de MasOrange defiende que se trata de un proceso voluntario. En total, 465 trabajadores se han adherido a este procedimiento, 313 con indemnizaciones y 152 a través de prejubilaciones, lo que representa el 71.53% del total de las salidas. Además, a esta cifra se le suman 185 despidos que se consideran obligados.
Desde el sindicato CCOO, se mantiene un firme objetivo: paralizar el ERE de manera definitiva y emprender acciones legales para que se declare nulo. Según su perspectiva, esto brindaría «otra oportunidad» a los empleados que fueron despedidos bajo lo que consideran «condiciones miserables». Esta opinión resalta la tensión existente entre la dirección de la empresa y sus empleados que buscan claridad y justicia en el proceso.
Condiciones del ERE
Profundizando en las condiciones establecidas en el ERE, se han convenido indemnizaciones que oscilan entre 47 y 34 días de salario por año trabajado. Este monto tiene un límite de 24 mensualidades para aquellos que decidan acogerse de forma voluntaria. Por otro lado, aquellos trabajadores que opten por salir de la compañía de manera forzosa recibirán una indemnización entre 45 y 33 días por año trabajado, también con un máximo de 24 mensualidades.
Para los trabajadores con menos de ocho años de antigüedad que elijan el ERE de forma voluntaria, se ha establecido una prima de 3.000 euros. Esta cifra se incrementa a 8.000 euros para aquellos con entre nueve y 12 años de experiencia en la empresa y llega hasta 15.000 euros para empleados con más de 12 años en MasOrange. El tope de la indemnización puede alcanzar hasta 300.000 euros. Estas cifras son vitales para los empleados, ya que marcan una diferencia significativa en sus finanzas y el impacto de esta decisión en sus vidas.
Planes de prejubilaciones y garantías
Además de las indemnizaciones, el pacto incluye un plan de prejubilaciones dirigido a empleados de entre 56 y 57 años que cuenten con una antigüedad igual o superior a nueve años. En el caso de trabajadores de entre 58 y 62 años, se permite la prejubilación si tienen al menos cinco años de antigüedad. La renta garantizada para este plan se establece en un 80% del salario regulador.
Otro factor que influye en la seguridad de los trabajadores es la garantía de empleo, que se extenderá hasta el 30 de junio de 2026, aunque se aclara que esta estará sujeta a ciertos condicionantes. En concreto, se estipula que no pueden existir «motivos económicos o estructurales graves» que pudieran justificar un nuevo proceso de despido colectivo en la empresa. Lo que añade una capa más de incertidumbre en un contexto ya complicado.
Reflexión sobre el futuro
Las circunstancias que rodean el ERE de MasOrange plantean preguntas relevantes sobre el entorno laboral actual en España. Este caso es un claro reflejo de los desafíos que enfrentan muchas empresas y trabajadores en un mercado en constante evolución. La lucha de los sindicatos por defender los derechos de los empleados y la postura de la empresa en cumplimiento de las normativas laborales subrayan una tensión que podría definir el futuro del empleo en el sector.
La situación aún está lejos de resolverse, y mientras se acerca la nueva fecha del juicio, tanto empleados como directivos continúan lidiando con la incertidumbre. A medida que el panorama se desarrolla, es evidente que se deberán seguir de cerca los desarrollos judiciales y sus consecuencias en la plantilla y en el entorno empresarial. La cuestión de cómo se gestionarán estos despidos y las implicaciones que tendrán para todos los involucrados es un tema que merece ser explorado más a fondo, y que seguramente estará en el centro de las conversaciones en las semanas y meses venideros.