Así, en 2024, el Corredor Mediterráneo ha logrado un notable aumento en la ejecución de sus obras, alcanzando una inversión de 1.280 millones de euros. Esto representa un 33% más que en 2023, que ya había sido un año positivo con una inversión de 964 millones de euros. La inversión histórica en este corredor subraya la importancia estratégica que tiene esta infraestructura para el desarrollo económico de la región.
Datos sobre licitaciones y ejecuciones
Desde 2018, los corredores Atlántico y Mediterráneo han acumulado 14.000 millones de euros en licitaciones de obra pública, más del doble que en el período anterior, cuando las inversiones no alcanzaron los 7.000 millones de euros. Este aumento en la inversión refleja un compromiso sólido por parte del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que ha dejado claro que la modernización de estas infraestructuras es una prioridad.
El Corredor Mediterráneo en particular ha experimentado un crecimiento significativo con más de 7.000 millones de euros licitados en los últimos seis años. Mientras tanto, el Corredor Atlántico ha licitado cerca de 6.607 millones de euros, acercándose a cifras similares.
Avances en la ejecución de obras
El entusiasmo en torno a estos corredores no es infundado. En el último año, el Corredor Mediterráneo ha licitado 65 contratos por un total de 1.400 millones de euros, lo que supone un 11,3% más respecto al año anterior. En el Corredor Atlántico, se han registrado licitaciones por un valor de 1.230 millones de euros en 63 contratos, lo que representa un notable 33,2% más.
El Ministerio de Transportes ha enfatizado que este desarrollo se llevará a cabo a un ritmo que asegura la finalización de la red básica acordada con la Comisión Europea para 2030. Pero, ¿cuáles son las claves de este avance?
Por un lado, las licitaciones abiertas para proyectos relacionados con los corredores son vitales. Aquellas que implican la redacción de proyectos, la ejecución de obras y el mantenimiento de las instalaciones, no solo mejoran la infraestructura existente sino que también generan empleo y fomentan la actividad económica en las regiones involucradas.
Corredor Mediterráneo
En el Corredor Mediterráneo se ha producido un notable avance en la ejecución de las obras a lo largo de más de 800 kilómetros de red ferroviaria. Uno de los tramos más destacados es el de alta velocidad entre Almería y Murcia, que ha concentrado una inversión de aproximadamente 384,3 millones de euros hasta noviembre, con la previsión de cerrar el año por encima de los 400 millones de euros.
Asimismo, hay otros nodos cruciales, como la estación de la Sagrera en Barcelona, que ha visto una inversión de más de 90 millones de euros, y el canal de acceso en València, con 56 millones de euros. Además, la instalación del ancho mixto entre Castellbisbal y Vilaseca ha tenido un impacto significativo, con más de 62 millones de euros invertidos.
Entre las licitaciones más recientes se incluyen proyectos de renovación y conservación en diversas instalaciones clave. Por ejemplo, la línea Murcia-Almería ha visto licitaciones por un valor global superior a los 254 millones de euros, lo que garantiza una modernización constante y efectiva.
Corredor Atlántico
En paralelo, el Corredor Atlántico también ha experimentado un auge en la ejecución de obras a lo largo de sus más de 5.000 kilómetros de red. Este corredor es fundamental para conectar 13 comunidades autónomas, llevando la modernización a cada rincón.
Uno de los focos de atención ha sido la llegada de la alta velocidad al País Vasco, donde se han licitado tramos iniciales del Burgos-Vitoria por más de 700 millones de euros. Otros proyectos destacados incluyen el despliegue de la línea de alta velocidad Palencia-Alar del Rey, que cuenta con una inversión para 2024 superior a los 62 millones de euros.
Además, el desarrollo de terminales logísticas en lugares como Jundiz (Vitoria), Vicálvaro (Madrid) y Valladolid ha superado los 200 millones de euros, demostrando así el compromiso del Gobierno por impulsar el tráfico de mercancías y mejorar la conectividad con el puerto de Cádiz y otros puntos neurálgicos.
Affrontando el futuro
Financiaciones como las destinadas a la modernización del tramo Algeciras-Bobadilla, con un importe global de 471 millones de euros, están posicionando a España en la senda correcta para optimizar su red de transporte. En este vasto panorama, las licitaciones ayudan a crear una infraestructura que no solo es moderna y eficiente, sino también capaz de responder a la creciente demanda de transporte.
Las cifras hablan por sí solas. Con avances tangibles en ambos corredores, es indudable que la mala infraestructuración del pasado comienza a ser un tema del que se habla poco. Sin embargo, el camino por recorrer hasta alcanzar la red básica que Europa requiere para 2030 es largo. A medida que avanzamos, es vital seguir observando cómo estas inversiones se traducen en mejoras reales para los ciudadanos y la economía en general.