Un 62% de los empleadores en España permite a los trabajadores elegir libremente los días para trabajar de forma remota, sin restricciones específicas. Esto se produce a pesar de que un 58,9% de las empresas han implementado políticas formales que requieren que los empleados asistan a la oficina un mínimo de días por semana. Esta información proviene de la reciente ‘Encuesta sobre modelos de trabajo flexible’ realizada por una empresa global de consultoría.
La importancia de la presencialidad
Una de las cuestiones que más se debatieron en este estudio es la razón por la que muchas organizaciones siguen fomentando la presencialidad en la oficina. En un contexto donde la flexibilidad laboral se ha convertido en un tema prioritario, el motivo principal radica en la creencia de que las interacciones cara a cara fortalecen la cultura corporativa, con un 75% de los encuestados sosteniendo esta afirmación. Además, un 59% señala que estas interacciones mejoran la capacidad de aprendizaje, especialmente en los puestos más ‘junior’, mientras que el 56% considera que impactan en un compromiso más sólido entre los equipos.
Aunque este argumento posee cierta base, sirve como contrapunto a uno de los principales beneficios del trabajo remoto. Un abrumador 87% de las organizaciones reconoce que un buen equilibrio entre la vida laboral y personal mejora el compromiso de la plantilla. Este dato invita a reflexionar sobre cómo las empresas pueden encontrar un enfoque equilibrado que favorezca a ambas partes.
Un clima laboral cambiante
En este sentido, las organizaciones parecen estar adoptando un enfoque moderado. Un 68% de las compañías no promueven activamente que los empleados regresen a la oficina, mientras que un 24% está realizando mejoras en sus instalaciones para incentivar la interacción presencial, introduciendo elementos como comedores, gimnasios y servicios de fisioterapia.
La realidad del entorno laboral en España indica que la mayoría de las organizaciones propone que los empleados trabajen presencialmente entre días de forma semanal entre dos y tres días. Esta cifra resulta ser inferior al promedio de tres días que se exige en muchas otras regiones del mundo, lo que lleva a cuestionar el enfoque adoptado por las empresas locales.
La tendencia del trabajo remoto
Un dato destacable de la encuesta es el creciente deseo de los empleados de trabajar de forma remota. Desde 2022, este interés ha aumentado de manera considerable, con un crecimiento del 19% para los trabajos que permiten la modalidad del teletrabajo. También se ha observado un incremento del 16% para aquellas ocupaciones que no pueden desempeñarse de forma remota.
No obstante, es importante mencionar que los empleados que trabajan desde casa suelen sentir una desconexión con su equipo. Esto es especialmente evidente en los más jóvenes y en aquellos que tienen hijos, quienes se muestran preocupados por el posible impacto negativo que esta modalidad puede acarrear en su desarrollo profesional.
Un modelo flexible en España
A pesar de estos retos, un 54% de las empresas en España sigue adoptando modelos laborales flexibles, lo que ha «imposibilitado» que las expectativas de una presencialidad total se materialicen por completo. Este fenómeno sugiere que, a medida que más individuos valoran la flexibilidad laboral, las organizaciones enfrentan la presión de adaptarse a estas nuevas demandas.
Las empresas que deseen destacar en este nuevo contexto tendrán que ser innovadoras. Gema Jiménez, directora de desarrollo de Negocio de ‘Health & Benefits’, menciona que «las organizaciones que logren equilibrar sus objetivos comerciales con la necesidad de elección de los empleados obtendrán una ventaja competitiva». Este equilibrio no solo impulse beneficios inmediatos, sino que también contribuye a crear un ambiente laboral más positivo y productivo.
La experiencia del empleado en el trabajo híbrido
Jiménez también resalta que las organizaciones deben adoptar una visión holística de toda la experiencia del empleado. Para que el trabajo híbrido sea realmente efectivo, es esencial satisfacer las necesidades tanto de la plantilla como de los empleadores. Esto implica analizar no solo el entorno laboral, sino también los programas y políticas de talento, compensación y beneficios, la efectividad de los líderes y la cultura organizacional.
Es evidente que las expectativas laborales están cambiando y que las empresas deben adaptarse a estos tiempos de transformación. A medida que la tecnología avanza y las dinámicas familiares y sociales evolucionan, las organizaciones necesitan permanecer atentas y dispuestas a realinear sus estrategias en función de las necesidades emergentes. Después de todo, un modelo de trabajo que priorice la satisfacción del empleado podría ser clave para garantizar la lealtad y el compromiso a largo plazo.
Te invitamos a continuar explorando cómo estas tendencias pueden afectar tu vida laboral y lo que significan para el futuro del trabajo en España. En un mundo donde la flexibilidad, la productividad y la satisfacción del empleado son fundamentales, cada pasito hacia la adaptación cuenta.