La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha realizado un llamado a la CEOE sobre la reducción del absentismo laboral, sugiriendo que se puede abordar este problema paralelamente al proyecto de ley que propone bajar la jornada laboral a 37,5 horas semanales. En un foro organizado por el diario Cinco, Díaz ha compartido su opinión sobre que hay «margen para actuar» en el país y que pueden surgir estrategias efectivas en combinación con la nueva norma.
Medidas en marcha para apoyar a las empresas
Por otro lado, la ministra ha subrayado la importancia de que el Gobierno está trabajando en medidas de apoyo a las empresas, incluyendo ayudas directas. «Estamos defendiendo ayudas directas a la productividad. Les pido que tengan cierta confianza; somos especialistas en esta materia. Lo que vamos a hacer son las correcciones debidas para acompañar a esas empresas que efectivamente tendrán que hacer un esfuerzo mayor», ha destacado Díaz.
Además, ha recordado que durante las discusiones previas en el diálogo social se habían presentado medidas para ayudar a las empresas a adaptarse a la jornada reducida, pero que se retiraron cuando no había posibilidades de consenso. «Las retiramos para hacer lo que tenemos que hacer ahora en la negociación política que estamos llevando a cabo», ha añadido.
Impacto del absentismo y la atención sanitaria
Durante su intervención, Díaz señaló que una de las razones detrás del absentismo laboral en el país es el envejecimiento de la población y el «deficiente funcionamiento» del sistema de salud español. «Hay una parte que tiene que ver con la gestión de la sanidad pública, en la que cualquier ciudadano, ya sea trabajadora o no, enfrenta largas listas de espera para conseguir una cita médica», comentó.
La ministra enfatizó que este problema no solo afecta a España, sino que es incluso más acuciante en el contexto europeo. «Estamos de acuerdo en que si no cambiamos las administraciones públicas, poco se podrá hacer desde el ámbito privado», ha argumentado, haciendo un llamado a la acción.
Defensa de la jornada laboral reducida
En su discurso, la ministra defendió que «no hay marcha atrás» en la propuesta de reducir la jornada laboral y que las negociaciones con los grupos parlamentarios continúan. Frente a las críticas de algunas patronales que sugieren que esta reducción debería tratarse en negociaciones colectivas, Díaz dejó claro que le hubiera «gustado más» que las trabajadoras que actualmente no tienen jornadas de 37,5 horas se beneficiaran de este cambio a través de esa vía.
Asimismo, Díaz criticó la afirmación de que la reducción de horas laborales traería «las siete plagas de Egipto», recalibrando el estimado del impacto en la mediana salarial, que sería del 2,2%, la mitad del efecto que tiene el salario mínimo. «La jornada media en España es de 38,2 horas semanales. El mayor reto será para aquellas empresas que aún operan con las 40 horas semanales», afirmó.
Corregir el impacto de cambios laborales
La vicepresidenta también se posicionó a favor de modificar los efectos de la subida del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral sobre las licitaciones públicas. «Esto tiene que ser corregido. Hay discrepancias con el ámbito socialista del Gobierno, pero es necesario», declaró, enfatizando que los empleadores deben recibir compensaciones adecuadas si se realizan cambios significativos en las normativas.
Reiteró su invitación a tener confianza en el proceso de negociación que se está llevando a cabo para implementar la jornada laboral reducida, afirmando que esta también podría ser una herramienta para mejorar la productividad en el país.
Reforzar los salarios en el marco colectivo
En otro tema crucial, Díaz instó tanto a empresarios como a sindicatos a considerar la posibilidad de aumentar los salarios en el contexto de la negociación colectiva. A su juicio, depender únicamente del salario mínimo interprofesional no es suficiente para que España logre tener «salarios europeos».
La ministra aboga por un enfoque más colaborativo y solidario, sugiriendo que la mejora en los salarios es un componente esencial para elevar el bienestar social y económico del país. Las medidas que se implementen deben generar confianza tanto en la ciudadanía como en el tejido empresarial, creando un entorno propicio para el crecimiento y desarrollo sostenible.
Con el horizonte de implementar la jornada laboral de 37,5 horas y las intervenciones necesarias para abordar el absentismo y mejorar la sanidad, el camino por delante promete ser desafiante pero al mismo tiempo, lleno de oportunidades para fomentar un ambiente laboral más justo y eficiente. ¿Estás preparado para ver cómo se desarrollan estos cambios y cuáles serán sus efectos en la economía y en la vida de los trabajadores?