La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, ha destacado en su comparecencia ante la Comisión de Transición Ecológica en el Senado la importancia de la transición energética no solo como un desafío, sino como «una de las máximas oportunidades» que tiene España y Europa en la actualidad. Hacer hincapié en un futuro más verde no es un simple capricho; es una decisión estratégica clave para mejorar nuestra competitividad a nivel internacional.
Las iniciativas en torno a la descarbonización se presentan como un faro de esperanza, en tiempos marcados por las crisis derivadas de la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania. Gracias a un mix energético renovable, los españoles han podido ahorrar más de 14.000 millones de euros en los últimos años. Este ahorro se traduce en una oportunidad económica y también en seguridad energética, especialmente en momentos de tensión geopolítica.
El papel de las energías renovables
El modelo de energía renovable en España se basa en la idea de que los precios asequibles están directamente relacionados con la capacidad de utilizar recursos naturales como el sol y el viento. En este sentido, Aagesen ha señalado que «las renovables son la forma más asequible de producir energía». Este hecho coloca a España en una posición privilegiada en comparación con otros países, considerando su abundante recurso solar y eólico.
La transformación en el sector energético español es notable, pasando de un modelo basado en grandes instalaciones térmicas a uno que incluye una cantidad cada vez mayor de instalaciones pequeñas en diversos territorios. Este cambio permite no solo un uso más eficiente de los recursos, sino que también contribuye de manera significativa a la productividad y a la cadena de valor de la economía, beneficiando a múltiples grupos y sectores.
El compromiso del gobierno con la transición energética
Aagesen ha reiterado el compromiso del Gobierno español en seguir incrementando el parque de generación renovable. «Creo que hay muchísimo apetito por ello», afirmó, sugiriendo que el crecimiento en este sector debe ir acompañado de nuevos proyectos que se asienten en el territorio. La sostenibilidad no es solo una meta, sino un camino que se construye día a día con innovación y colaboración.
Además, la ministra reconoció la necesidad de «seguir incorporando soluciones muy innovadoras». Esto incluye trabajar en la elaboración de nuevas redes eléctricas en la planificación, desarrollar mecanismos de capacidad, e implementar tecnologías de eficiencia energética. Todo esto no solo se traduce en un mejor uso de la energía, sino también en una economía más robusta y resiliente ante futuras crisis.
Davos y el interés internacional en la experiencia española
Recientemente, Aagesen tuvo la oportunidad de asistir al Foro Económico Mundial de Davos, donde pudo observar un creciente interés por parte de muchos gobiernos, instituciones y empresas del ámbito económico y financiero respecto al modelo de crecimiento que está experimentando España. Con un ritmo de crecimiento estimado en «cuatro veces más que Europa», España está siendo vista como un caso de estudio en términos de innovación y efectividad en su transición hacia un modelo económico más verde y sostenible.
La ministra también puso en valor el papel desempeñado por su antecesora, Teresa Ribera, quien lideró el camino en la materia durante los últimos seis años. Según Aagesen, estos esfuerzos han permitido a España transformarse en un «referente» en el ámbito de las energías renovables, logrando resultados que son claros y cuantificables.
Un crecimiento exponencial en energías limpias
Los números no engañan. Entre 2018 y 2024, España ha experimentado un crecimiento del 126% en energía solar y eólica. Estos resultados sin precedentes reflejan un cambio radical en la infraestructura energética del país. El autoconsumo, que era prácticamente inexistente en 2018, ha visto un crecimiento del 1.700%. Además, España ha logrado convertirse en la «primera gran economía europea» en superar el 50% de generación renovable en su ‘mix’ eléctrico.
Este avance no solo tiene implicaciones ambientales positivas; también representa un modelo de negocio viable que puede atraer inversiones extranjeras y generar empleos locales. La transición energética no es solo una necesidad ambiental, sino también una oportunidad económica.
Al mirar hacia el futuro, es evidente que el camino hacia la sostenibilidad energética es prometedor. Las iniciativas de descarbonización y los avances en energías renovables están transformando no solo la economía española, sino también su posición en el ámbito internacional. Este proceso no solo beneficia a los ciudadanos en términos de ahorro y eficiencia, sino que también abre nuevas vías para la innovación y el liderazgo en mercados emergentes. ¿Estamos preparados para las próximas etapas de este viaje hacia un mundo más verde?