El diálogo entre los líderes de CCOO e IU, Unai Sordo y Antonio Maíllo, ha traído a la mesa cuestiones esenciales para el futuro socioeconómico del país. Durante su encuentro en la sede del sindicato, ambos dirigentes han avanzado en una serie de puntos que incluyen la reducción de la jornada laboral, el salario mínimo interprofesional (SMI) y la crucial reforma de pensiones. Pero, ¿qué implicaciones tienen estas propuestas para los ciudadanos?
Reforma de pensiones: no se aumenta la edad legal de jubilación
Respecto a la reciente reforma de pensiones, Sordo ha expresado su satisfacción por el respaldo del PP en el Congreso. Sin embargo, ha denunciado que algunas fuerzas de izquierdas están utilizando «argumentos falsos» para posicionarse en contra. En su opinión, no hay medidas que incrementen la edad de jubilación, y ha aclarado que se busca facilitar la mejora de la base reguladora para aquellos que decidan seguir trabajando.
«Lo que se propone no altera la edad ordinaria de jubilación, que se mantiene en 65 o 67 años según las carreras de cotización», ha subrayado Sordo. En este contexto, insta a los grupos parlamentarios de izquierda a no contribuir a confusiones y a clarificar la realidad del sistema de pensiones. «Nadie va a hacer recortes en pensiones, lo que se busca es reforzar el sistema actual», ha defendido.
Se necesitan unos nuevos PGE
La necesidad de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025 se ha presentado como otra prioridad. Sordo ha advertido que una prórroga presupuestaria no sería un escenario favorable; más bien, podría poner en riesgo la estabilidad política del país. «Es crucial que las fuerzas políticas trabajen para que haya nuevas cuentas públicas», ha insistido.
Maíllo, por su parte, ha coincidido en la importancia de unos nuevos PGE, destacando que son reflejo de la voluntad política del Ejecutivo. «La falta de aprobación de los Presupuestos implicaría una ralentización en políticas clave, como la vivienda», ha comentado. En un contexto donde España tiene la capacidad de implementar presupuestos expansivos, corresponde a cada organización explicar sus posturas ante la ciudadanía.
Sordo saluda que las 37,5 horas vayan a la CDGAE
El secretario general de CCOO ha mostrado optimismo con el avance hacia la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Sordo se ha sentido «más tranquilo» con el acuerdo entre los Ministerios de Economía y Trabajo para llevar esta propuesta a la Comisión Delegada para Asuntos Económicos (CDGAE).
«Hemos logrado un acuerdo viable que creo que será apoyado mayoritariamente en el Congreso», ha declarado Sordo. La vía de tramitación de urgencia es esencial para que el proyecto de ley entre en vigor en 2025. El dirigente sindical ha declarado rotundamente que «no va a renegociar ni una coma» del acuerdo y ha señalado que este debe implementarse para que, a partir del 1 de enero de 2026, todos los trabajadores disfruten de esta nueva jornada.
Sordo «no demoniza» que el SMI tribute si se sube a 1.200 euros
El salario mínimo interprofesional también ha sido uno de los puntos importantes en este intercambio de ideas. Sordo ha argumentado que CCOO busca que el SMI alcance los 1.200 euros al mes para 2025, una cifra que considera necesaria para alcanzar el 60% del salario neto.
Además, el líder sindical ha explicado que esta propuesta responde a la incertidumbre sobre la postura final del Gobierno respecto a la fiscalidad del SMI. «Si el salario mínimo incrementa y eso lo lleva a estar por encima del mínimo exento, no nos oponemos a que esto ocurra», ha dicho Sordo, reafirmando su postura de que los trabajadores deben ver reflejados sus derechos en sus nóminas.
Los desafíos políticos y sociales de las reformas
Unai Sordo es consciente de que la suerte de estos proyectos está en juego. Según él, el éxito de la reducción de jornada laboral y otras reformas depende de cómo se problematice la situación social y política. Esto significa que los partidos que voten en contra de estas iniciativas podrían enfrentar consecuencias reputacionales y, en última instancia, electorales.
No es momento de relajarse. El clima político actual exige que todas las partes reconozcan la importancia de avanzar en legislación que garantice derechos laborales fundamentales. Ahora más que nunca, es esencial que se impulse el diálogo entre las fuerzas políticas y los sindicatos para asegurar un futuro más justo y equitativo.
Lo que está en juego no es solo la jornada laboral o el salario mínimo, sino el bienestar de muchos trabajadores. En este sentido, las reformas planteadas son una oportunidad para mirar hacia adelante, pero requieren de un compromiso real y concreto por parte de todos los actores involucrados en el proceso. El camino hacia un sistema más justo y sostenible aún tiene muchos retos por delante y, sin duda, habrá que vigilar de cerca su evolución.