El pasado jueves, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) adoptó una decisión significativa al reducir nuevamente los tipos de interés en 25 puntos básicos. Esta acción lleva a la tasa de depósito (DFR) al 2,75%, mientras que la tasa de referencia para sus operaciones principales de refinanciación (MRO) se sitúa ahora en el 2,90%, y la de la facilidad de préstamo (MLF) se establece en el 3,15%. Este nuevo ajuste marca un intento claro por parte del BCE de hacer frente a la situación económica actual y a un contexto inflacionario moderado.
Desaceleración salarial esperada
El indicador principal que el BCE utiliza para seguir la evolución de los salarios señala que en 2025 se anticipa una notable desaceleración en el crecimiento de las retribuciones de los trabajadores. Según las cifras publicadas, se prevé que este crecimiento se limite al 3,3% en 2025, un descenso significativo en comparación con el 4,7% registrado en 2024.
Esto se traduce en que el crecimiento salarial negociado, incluyendo pagos excepcionales a lo largo de doce meses, alcanzó el 4,7% en 2024. Sin embargo, esto se ve acompañado de un descenso a 3,3% para 2025. Esta reducción se basa en una cobertura promedio que también se ve afectada, pasando del 48,2%% de los empleados en los países participantes en 2024, al 40,5%% en 2025.
Impacto de pagos únicos en la proyección salarial
Además, la tendencia a la baja en el rastreador salarial es el reflejo, en parte, de la eliminación de grandes pagos únicos que se realizaron en 2024. En este contexto, se espera que el crecimiento salarial negociado promedio, excluyendo pagos excepcionales, sea de 4,1% en 2024 y de 3,9% en 2025.
Es importante tener en cuenta que el seguimiento salarial sin suavizar los pagos únicos también señala una desaceleración, pero menos pronunciada, prevé un aumento del 4,8% en 2024 y una moderación a 2,8%% en 2025. Por lo tanto, estos datos sugieren que la compensación de los trabajadores no solo está influyendo por la cantidad de aumentos, sino también por la temporalidad de estos.
Evolución trimestral y mensual de los salarios
En cuanto a la evolución trimestral, el rastreador del BCE también proporciona información relevante. Se espera que las subidas salariales se moderen desde un 4,820% previsto para el primer trimestre de 2025, bajando a 4,442%% en el segundo trimestre y a 2,249%% en el tercero, para finalizar el año con un incremento de 1,547%%.
Asimismo, en un análisis mensual, se pueden observar cambios drásticos en el crecimiento salarial a partir del verano, donde los pronósticos prevén un descenso de 5,35%% en diciembre de 2024 a 4,22%% en junio de 2025. A partir de este punto, las expectativas se reducen considerablemente, con proyecciones de 2,77%% en julio y 1,344%% para diciembre de 2025.
Perspectivas de inflación y salarios
Christine Lagarde, presidenta del BCE, resaltó durante una reciente rueda de prensa que el proceso de desinflación «está bien encaminado». Subrayó que la moderación en el incremento de los salarios refuerza su confianza en que la tasa de inflación regrese a un objetivo de medio plazo del 2%% a lo largo de este año. Este enfoque también sugiere que el BCE está diligentemente trabajando para controlar la inflación mientras ajusta las políticas monetarias para apoyar el crecimiento económico.
No obstante, es significativo observar que, sin considerar los pagos excepcionales, el rastreador salarial del BCE indica una desaceleración menos intensa, proyectando un crecimiento que irá del 4,68%% en el último trimestre de 2024 al 2,96%% hacia finales de 2025.
Reflexiones sobre el futuro económico
A medida que nos adentramos en un periodo de ajustes salariales, es crucial para los trabajadores y expertos en economía prestar atención a estos indicadores. La desaceleración en el crecimiento salarial podría tener implicaciones más amplias para el consumo y, en última instancia, para el crecimiento económico. A medida que el BCE continúa ajustando sus políticas para estimular la economía, es fundamental cuestionarse cómo estos cambios afectarán no solo a los trabajadores, sino también al panorama económico en su conjunto.
Por lo tanto, seguir de cerca la evolución conjunta de las políticas del BCE y las tendencias salariales será esencial para entender la respuesta del mercado laboral a este entorno económico cambiante. Lo que está claro es que, tanto los responsables de la política monetaria como los trabajadores, deben estar preparados para navegar en un paisaje económico donde las expectativas y realidades están constantemente en transformación.