La Fundación de Profesionales por el Transporte Seguro (FPTS) ha expresado su profunda preocupación por el actual borrador del Estatuto de la Autoridad Administrativa Independiente para la Investigación Técnica de Accidentes e Incidentes Ferroviarios, Marítimos y de Aviación Civil (AITAT). Esta inquietud nace de la percepción de que el texto no protege adecuadamente principios fundamentales como la «cultura justa, confidencialidad y protección de la información reservada».
La importancia de una investigación segura y confidencial
En el ámbito del transporte, la seguridad de los pasajeros y la protección de los profesionales son aspectos no negociables. La FPTS agrupa a importantes colectivos del sector, entre los que se encuentran marinos mercantes (COMME), pilotos (Sepla), controladores aéreos (USCA) y maquinistas ferroviarios (Semaf). Todos ellos coinciden en que la nueva autoridad debe garantizar los «necesarios niveles de seguridad» tanto para los pasajeros como para quienes se dedican a estas actividades.
La fundación argumenta que el respeto por la cultura justa y la confidencialidad en los procesos de investigación son pilares que permiten a los profesionales aportar información valiosa sin temor a represalias. Cuando los empleados del sector pueden hablar con libertad, se identifican las verdaderas causas detrás de los accidentes, lo que a su vez contribuye a mejorar la seguridad en el transporte.
Pero, ¿qué pasaría si no se implementan estas protecciones? Según la FPTS, sin garantizar estos principios, los investigadores podrían enfrentarse a un serio obstáculo: la obtención de datos completos y fiables. Esto no solo afectaría la calidad de las investigaciones, sino que también podría tener repercusiones en la eficacia de las medidas preventivas que se adoptan posteriormente, poniendo en riesgo tanto a los viajeros como a los trabajadores del sector.
Recomendaciones para un borrador más robusto
Ante este panorama, la FPTS ha hecho un llamado al Gobierno, instando a modificar el borrador del estatuto de la AITAT. Las recomendaciones incluyen la garantía de independencia funcional y financiera de esta nueva autoridad, así como el establecimiento firme de los principios de cultura justa y confidencialidad. La protección de la información reservada también debe quedar garantizada, y la fundación recalca que esto es esencial para mejorar los procesos de investigación en accidentes y incidentes.
Una autoridad que funcione bajo estos principios no solo beneficiaría a los profesionales del transporte, sino que también incrementaría la confianza del público en los sistemas de transporte. Las estadísticas muestran que los incidentes tienden a disminuir en entornos donde las personas se sienten seguras para comunicar; por lo tanto, fortalecer la confianza es un paso clave hacia la mejora de la seguridad.
Lograr este equilibrio entre regulación y protección sería un avance significativo en la forma en que se gestionan y analizan los accidentes en el sector. Muchos profesionales comparten la opinión de que la creación de un entorno más seguro podría resultar en un mejor desempeño de la industria en su conjunto.
El papel crítico de los profesionales del transporte
El efecto de la cultura organizacional en los accidentes de transporte ha sido objeto de análisis en varias investigaciones. En muchos casos, se ha demostrado que las organizaciones que fomentan un entorno de trabajo seguro y abierto tienen menores tasas de incidentes. Esto implica que aquellos en el sector deben poder denunciar problemas y riesgos sin miedo. La comunicación efectiva entre profesionales es vital para salvaguardar la seguridad.
Los profesionales que se sienten cómodos para informar sobre irregularidades tienden a ser una fuente valiosa de información. Así, se pueden identificar no solo las causas inmediatas de un incidente, sino también abordar problemas sistémicos que pueden estar contribuyendo a fallos más amplios en la seguridad. Este tipo de análisis exhaustivo es lo que puede ayudar a prevenir futuros accidentes y mejorar las normativas de seguridad existente.
Sin embargo, muchos en estos entornos aún sienten que la falta de protección y garantías puede disuadirles de hablar. Por ende, el reto radica no solo en establecer políticas eficaces, sino también en implementarlas de manera que realmente se respete el bienestar de los profesionales y se priorice la seguridad de todos los usuarios del transporte.
La búsqueda de soluciones efectivas
Reflexionar sobre cómo se configura la gestión de accidentes en el transporte nos lleva a cuestionar la efectividad de las estructuras reguladoras actuales. Está claro que, para lograr un avance significativo, es esencial contar con un marco que proteja a quienes se encuentran en primera línea de la industria. Las autoridades deben servir de apoyo, facilitando un entorno donde se fomente una cultura de seguridad y aprendizaje.
Con el desarrollo de un nuevo estatuto y la revisión de las prácticas actuales, sería posible fomentar una mayor transparencia en la investigación técnica, permitiendo que las lecciones aprendidas se apliquen en el futuro. Esto no solo protegería a los pasajeros, sino que también fortalecería la confianza en el conjunto del sistema de transporte.
Por lo tanto, la oportunidad de redefinir y replantear la forma en que se llevan a cabo las investigaciones de incidentes está sobre la mesa. Este momento puede ser crucial para garantizar que el transporte no solo sea más seguro, sino también más justo para todos los involucrados. La conversación está abierta, y los impactos de estas decisiones pueden ser profundos y duraderos.